Aspectos


 Iraburu, M. Con voz propia. Decisiones que podemos tomar ante la enfermedad. Madrid: Alianza editorial; 2005.
Marga Iraburu es doctora en Medicina por la Universidad de Navarra y especialista en Medicina Interna. Con voz propia se dirige tanto a los enfermos como a los que gozan de buena salud, a los que cuidan y a los que son cuidados, a los que toman decisiones por si mismos y a los que deben tomarlas por otros… En un tono sencillo y directo, mediante breves e interesantes historias, la autora aborda las grandes cuestiones que la atención a la salud plantea: la nueva forma de relación entre el paciente y los profesionales de la salud, las condiciones adecuadas para una buena comunicación, la toma de decisiones desde el respeto a las preferencias del interesado, al intimidad, el papel de la familia, la realización del documento de voluntades anticipadas, los dilemas de la etapa final de la vida y los nuevos retos de la asistencia sanitaria para el siglo XXI. En definitiva, toda la información imprescindible para ser capaces de afrontar, desde la libertad personal, nuestra enfermedad o la de nuestros seres queridos.
Este libro se divide en cinco partes: La revolución de la bioética y la relación médico-enfermo; la toma de decisiones y el consentimiento informado; el ámbito de la intimidad; muerte y dignidad, voluntades anticipadas y donación de órganos; el paciente del siglo XXI y los comités de ética hospitalarios.

 Corral Lafuente, J. L. Historia de la pena de muerte. Madrid: Ediciones Santillana; 2005.
El autor de este libro es licenciado y doctor en Filosofía y Letras (sección de Historia) por la Universidad de Zaragoza.
“En el nombre de Dios” o “en nombre de la nación”. Estas dos expresiones han sido reiteradamente esgrimidas, a lo largo de los tiempos, a la hora de condenar a muerte a una persona.
Este libro pretende ser una aproximación histórica a la pena de muerte. Como síntesis obligada, recoge la evolución de este castigo desde la antigüedad hasta comienzos del siglo XXI; repasa, asimismo, los crueles métodos que el ser humano ha utilizado para asesinar a otros seres humanos, y se detiene en las manifestaciones que dichos métodos han inspirado en la literatura y el arte. A la vez, destaca las reivindicaciones del abolicionismo, porque se ha demostrado que, lejos de causar los efectos que sus defensores predican, la pena capital denigra a todos los seres humanos.
Es un libro que plantea, con valentía y rigor histórico, las grandes preguntas en torno al asesinato legal de los seres humanos. La obra se divide en cinco grandes capítulos: El debate sobre la pena de muerte; evolución histórica de la pena de muerte; las formas de ejecución; religión y pena de muerte; y la pena de muerte en la literatura y en el arte.

DUDA, D. (1987) Guía para cuidar en casa a un enfermo terminal. Pax México. México.
Capítulo 9. Consideraciones legales (174-177).

FULTON, R.; MARKUSEN, E.; OWEN, G.; SCHEIBER, J. L. (1981) La muerte y el morir. Desafío y cambio. Editado por Fondo Educativo Interamericano. Puerto Rico.
CUARTA PARTE: Dilemas de la muerte.
12. Moralidad y mortalidad en la sociedad moderna (284-318): nuestra menguada reverencia por la vida (Hall, E.; Cameron, P.), la muerte legal e ilegal (Maguire, D. C.), las opciones legillativas (Veatch, R. M.), una demanda de muerte (Informe del Hasting Center de junio de 1975) (White, R. B.; Tristam Engelhart, H.), el donante de cadáver y el don de la vida (Fulton, J.; Fulton, R.; Simmons, R.), la muerte de un hombre (Wertenbaker, L.).

GARCÍA, P.; ABEL, F.; FONT, J.; ARMENGOL, R.; GONZALEZ, J.; CARO, J. (1992) El dolor. Madrid. UPCO. Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
El presente libro surge de la recopilación de las ponencias de los distintos autores, pertenecientes a una Asociación denominada “José de Acosta”. Consta de seis ponencias, incluyendo la 2 que aborda el Estado Vegetativo Persistente (EVP) y decisión de suspender el tratamiento médico incluida la hidratación y la nutrición artificiales, para lo cual describe el EVP, y aborda la licitud de interrumpir la nutrición e hidratación artificiales, a continuación hay una comunicación sobre el dolor en los disminuidos psíquicos (199-205).

MAGUIRE, D. (1975) La muerte libremente elegida. Editorial Sal Terrae. Santander.
El presente libro se divide en dos grandes grupos temáticos: 1. Un nuevo clima para la muerte, en el cual se abordan cuestiones tan claras como: Medicina, poderes y problemas; la situación anticuada de la legislación y los nuevos modelos de moralidad. 2. La ética de la muerte por elección, la cual se divide a su vez en cinco apartados: 1. ética, como hacerla; 2. cuatro cuestiones; 3. la decisión por uno mismo: objeciones; 4. la decisión por los otros: objeciones; 5. desde el aborto a la guerra: las formas de la muerte legal.
El presente libro de opinión, aunque escrito hace dos décadas resulta de interés y fácil lectura, además de incluir a pie de página las referencias bibliográficas brevemente comentadas.

NULAND, S. (1995) Cómo morimos. Alianza Editorial. Madrid.
Se encuentra dividido el presente trabajo en 12 capítulos: I. El corazón desfallecido, II. El corazón… y cómo falla, III. A partir de los setenta, IV. Las puertas de la muerte para los ancianos, V. Enfermedad de Alzheimer, VI. Asesinato y serenidad, VII. Accidentes, suicidio y eutanasia, VIII. Una historia de SIDA, IX. La salida de un virus y la muerte de un hombre, X. La malevolencia del cáncer, XI. Cáncer y esperanza, XII. Las lecciones de la experiencia. Epílogo. Índice analítico.

SAUNDERS, C. (1980) Cuidados de la enfermedad malígna terminal. Salvat Ed. Barcelona.
En el capítulo 14. La ley en relación con el tratamiento de los enfermos terminales (Ian McC. Kennedy, págs. 253-258).
Incluye citas bibliográficas al final de cada capítulo y un índice alfabético de materias en las páginas 273-280.

VV.AA. (1968) Declaración de Sydney. Postulado sobre la muerte. Adoptado por la 22ª Asamblea Médica Mundial. Sydney. Australia. Enmendada en la 35ª Asamblea Médica Mundial. Venecia Italia. Octubre 1983.
La determinación del momento de la muerte, en la mayoría de los países, es responsabilidad del médico y así debe seguir siendo. Por lo general el médico podrá, sin ayuda especial, determinar la muerte de una persona utilizando los criterios clásicos conocidos por todo médico.
Sin embargo, dos modernos avances de la medicina han hecho necesario un estudio más detenido de la cuestión relativa al momento de la muerte: a) la habilidad de mantener por medios artificiales la circulación de sangre oxigenada a través de los tejidos del cuerpo que pueden haber sido irreversiblemente dañados, y b) el uso de órganos de un cadáver, tales como el corazón y los riñones, para trasplante.
Una complicación es que la muerte es un proceso gradual a nivel celular, variando la capacidad de los tejidos para resistir la privación del oxígeno. No obstante, el interés clínico no reside en el estado de conservación de células aisladas sino en el destino de una persona. A este respecto, el momento de la muerte de diferentes células y órganos no es tan importante como la certeza de que el proceso se ha hecho irreversible, cualesquiera que sean las técnicas de resucitación que puedan ser empleadas.
Es esencial determinar la cesación irreversible de todas las funciones, de todo el cerebro, incluido el bulbo raquídeo. Esta determinación se basará en un juicio clínico suplementado, si es necesario, por un número de medios de diagnóstico. Sin embargo, ningún criterio tecnológico es totalmente satisfactorio en el estado actual de la medicina, como tampoco ningún procedimiento tecnológico puede sustituir el juicio general del médico. En el caso del trasplante de un órgano, el estado de muerte debe ser determinado por dos o más médicos, los cuales no deben estar conectados o pertenecer al equipo que realiza el trasplante.
La determinación del estado de muerte de una persona permite, desde el punto de vista ético, suspender los intentos de resucitación y, en aquellos países donde la ley lo permite, extraer órganos del cadáver siempre que se hayan cumplido los requisitos legales vigentes de consentimiento.

VV.AA. (1985) Declaración de Venecia sobre la enfermedad terminal. Adoptada en la 35ª Asamblea Médica Mundial. Venecia Italia. Octubre 1983.
1. El deber del médico es curar y, cuando sea posible, aliviar el sufrimiento y actuar para proteger los intereses de sus pacientes.
2. No habrá ninguna excepción a este principio aún en caso de enfermedad incurable o de malformación.
3. Este principio no excluye la aplicación de las reglas siguientes:
3.1. El médico puede aliviar el sufrimiento de un paciente con enfermedad terminal interrumpiendo el tratamiento curativo con el consentimiento del paciente, o de su familia inmediata en caso de no poder expresar su propia voluntad.
La interrupción del tratamiento no exonera al médico de su obligación de asistir al moribundo y darle los medicamentos necesarios para mitigar la fase final de su enfermedad.
3.2. El médico debe evitar emplear cualquier medio extraordinario que no tenga beneficio alguno para el paciente.
El médico puede, cuando cuándo el paciente no puede revertir el proceso final de cesación de las funciones vitales, aplicar tratamientos artificiales que permitan mantener activos los órganos para trasplantes, a condición de que proceda de acuerdo con las leyes del país, o en virtud del consentimiento formal otorgado por la persona responsable, y a condición de que la certificación de la muerte, o de la irreversibilidad de la actividad vital haya sido hecha por médicos ajenos al trasplante y al tratamiento del receptor. Estos medios artificiales no serán pagados por el donante o sus familiares. Los médicos del donante deben ser totalmente independientes de los médicos que tratan al receptor, y del receptor mismo.

VV.AA. (1999) Protección de los enfermos en la etapa final de su vida. Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Recomendación 1418 (1999), adoptada el 25 de junio de 1999.
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha aprobado una recomendación a los 41 Estados miembros -entre los que figura España – sobre protección de los enfermos en la etapa final de su vida. El texto aboga por la definición de los cuidados paliativos como un derecho subjetivo y una prestación más de la asistencia sanitaria. Por otra parte, subraya que el deseo de morir no genera un derecho legal del paciente ni una justificación jurídica para que un tercero practique la eutanasia.
La vocación del Consejo de Europa es proteger la dignidad de todos los seres humanos y los derechos que nacen de ella. El progreso médico, que hoy hace posible curar enfermedades hasta ahora intratables, el avance de la técnica y el desarrollo de los sistemas de resucitación, que hacen posible prolongar la vida de una persona, retrasan el momento de la muerte. En consecuencia, con frecuencia se ignora la calidad de vida de los enfermos terminales, la soledad a la que se ven sometidos, su sufrimiento, el de sus familiares y el del personal sanitario que los trata. En 1976, en su resolución 613, la Asamblea declaró que estaba “convencida de que lo que los enfermos terminales quieren es, principalmente, morir en paz y dignidad, con el apoyo y la compañía, si es posible, de su familia y amigos”. La Recomendación 779 añadió que “prolongar la vida no debe ser, en sí mismo, el fin exclusivo de la práctica médica, que debe preocuparse igualmente por el alivio del sufrimiento”. Más tarde, la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad del Ser Humano en relación con la Aplicación de la Biología y la Medicina ha sentado principios importantes y afirmado el camino, aun cuando no se refiera explícitamente a las necesidades específicas de los enfermos terminales o moribundos. La obligación de respetar y proteger la dignidad de estas personas deriva de la inviolabilidad de la dignidad humana en todas las etapas de la vida. El
respeto y protección encuentra su expresión en proporcionar un medio adecuado que permita al ser humano morir con dignidad. Esta tarea debe llevarse a cabo especialmente en beneficio de las miembros más vulnerables de la sociedad, tal y como demuestran muchas experiencias de sufrimiento del presente y del pasado más próximo. De la misma forma que el ser humano comienza su vida en la debilidad y la dependencia, necesita protección y apoyo al morir. Los derechos fundamentales que derivan de la dignidad del paciente terminal o moribundo se ven amenazados por diversos factores:
Las dificultades de acceso a los cuidados paliativos y un buen manejo del dolor.
La frecuente falta de tratamiento del sufrimiento físico y de las necesidades sicológicas, sociales y espirituales.
La prolongación artificial del proceso de muerte, ya por el uso desproporcionado de medios técnicos, ya por la continuación del tratamiento sin consentimiento del paciente.
La falta de formación continuada y apoyo psicológico a los profesionales sanitarios que trabajan en medicina paliativa.
La insuficiencia de apoyo y asistencia a los familiares y amigos de los pacientes, que también puede aumentar el sufrimiento humanos en sus distintas dimensiones.
El temor de los pacientes a perder el control sobre sí mismos y convertirse en una carga, en seres dependientes por completo de sus familiares o de instituciones.
La carencia o inadecuación de un entorno social e institucional en el que uno pueda separarse para siempre de sus familiares y amigos en paz.
La insuficiente asignación de financiación y recursos para la asistencia y apoyo de los enfermos terminales o moribundos.
La discriminación social del fenómeno de la debilidad, el morir y la muerte.

La Asamblea insta a los Estados miembros a que su Derecho interno incorpore la protección legal y social necesaria contra estas amenazas y temores que el enfermo terminal o moribundo afronta, y en particular sobre:
I. El morir sometido a síntomas insoportables (por ejemplo, dolor, ahogo, etc.).
II. La prolongación del proceso de la muerte contra la voluntad del enfermo terminal.
III. El morir en el aislamiento social y la degeneración.
IV. El morir bajo el temor de ser una carga social.
V. Las restricciones a los medios de soporte vital por razones económicas.
VI . La falta de fondos y recursos materiales para la asistencia adecuada del enfermo terminal o moribundo.

Por tanto, la Asamblea recomienda que el Comité de Ministros inste a los Estados miembros del Consejo e Europa a respetar y proteger la dignidad de los enfermos terminales o moribundos en todos los aspectos:

A. Afirmando y protegiendo el derecho de los enfermos terminales o moribundos a los cuidados paliativos integrales, de modo que se adopten las medidas necesarias para:

I. Asegurar que los cuidados paliativos son un derecho legal e individual en todos los Estados miembros.
II. Proporcionar un acceso equitativo a los cuidados paliativos a todas las personas moribundas o en fase terminal.
III. Garantizar que los familiares y amigos son animados a acompañar al enfermo terminal o moribundo y reciben un apoyo profesional en tal empeño.
Si la familia y/o las asociaciones de cualquier tipo resultan ser insuficientes o limitadas, se deben facilitar métodos alternativos o complementarios de asistencia médica.
IV. Contar con organizaciones y equipos de asistencia ambulatoria, que aseguren la asistencia paliativa a domicilio en los casos en que esté indicada.
V. Asegurar la cooperación entre todas las personas y profesionales implicados en la asistencia del moribundo o la persona en fase terminal.
VI. Garantizar el desarrollo y mejora de los estándares de calidad en los cuidados del enfermo terminal o moribundo.
VII. Asegurar que la persona en fase terminal o moribunda recibirá un adecuado tratamiento del dolor (a menos que el interesado se niegue) y
cuidados paliativos, incluso si tal tratamiento tiene como efecto secundario el acortamiento de la vida.
VIII. Garantizar que los profesionales sanitarios reciben formación para proporcionar una asistencia médica, de enfermería y psicológica a cualquier enfermo terminal o moribundo, en el seno de un equipo coordinado y según los estándares más altos posibles.
IX. Crear e impulsar centros de investigación, enseñanza y capacitación en los campos de la medicina y los cuidados paliativos, así como en tanatología interdisciplinar.
X. Garantizar que al menos los grandes hospitales cuentan con unidades especializadas en cuidados paliativos y hospicios, en los que la medicina paliativa pueda desarrollarse como parte integral del tratamiento médico.
XI. Asegurar que la medicina y los cuidados paliativos se asientan en la conciencia pública como un objetivo importante de la medicina.

B. Protegiendo el derecho de las personas en fase terminal o moribundas a la autodeterminación, al tiempo que se adoptan las medidas necesarias para:
XII. Dar eficacia al derecho de la persona en fase terminal o moribunda a una información veraz y completa, pero proporcionada con compasión, sobre su estado de salud, respetando, en su caso, el deseo del paciente a no ser informado.
XIII. Hacer posible que el enfermo terminal o la persona moribunda pueda consultar a otro médico distinto del que le atiende habitualmente.
XIV. Garantizar que ningún enfermo terminal o persona moribunda sea tratada contra su voluntad y que en esta materia no actúa bajo la influencia o presión de un tercero. Además se debe garantizar que su voluntad no se configura bajo presiones económicas.
XV. Asegurar que se respertará el rechazo a un tratamiento específico recogido en las directivas avanzadas o testamento vital de un enfermo terminal o persona moribunda serán respetadas. Por otra parte, se deben definir criterios de validez sobre la coherencia de tales directivas avanzadas, así como sobre la delegación en personas próximas y el alcance de su autoridad para decidir en lugar del enfermo. También se debe garantizar que las decisiones de las personas próximas que se subrrogan en la voluntad del paciente -que habrán de estar basadas en los deseos expresados con anterioridad por el paciente o en presunciones sobre su voluntad-, se adoptan sólo si el paciente implicado en esa situación no ha formulado deseos expresamente o si no hay voluntad reconocible. En este contexto, siempre debe haber una conexión clara con los deseos expresados por la persona en cuestión en un periodo de tiempo cercano al momento en que se adopte la decisión -deseos referidos específicamente al morir-, y en condiciones adecuadas, es decir, en ausencia de presiones o incapacidad mental. Se debe asimismo garantizar que no serán admisibles las decisiones subrrogadas que se basen en los juicios de valor generales imperantes en la sociedad, y que, en caso de duda, la decisión se inclinará siempre por la vida y su prolongación.
XVI. Garantizar que -no obstante la responsabilidad última del médico en materia terapéutica- se tienen en cuenta los deseos expresados por enfermo terminal o persona moribunda en relación con formas particulares de tratamiento, siempre que no atenten contra la dignidad humana.

C. Respaldando la prohibición de poner fin a la vida intencionadamente de los enfermos terminales o las personas moribundas, al tiempo
que se adoptan medidas necesarias para:
I. Reconocer que el derecho a la vida, especialmente en relación con los enfermos terminales o las personas moribundas, es garantizado por los Estados miembros, de acuerdo con el artículo 2 de la Convención Europea de Derechos Humanos, según la cual “nadie será privado de su vida intencionadamente…”
II. Reconocer que el deseo de morir no genera el derecho a morir a manos de un tercero.
III. Reconocer que el deseo de morir de un enfermo terminal o una persona moribunda no puede, por sí mismo, constituir una justificación legal para acciones dirigidas a poner fin a su vida.

El texto de esta Recomendación fue adoptado por la Asamblea el 25 de junio de 1999 (24ª Sesión). Véase el Doc. 8241, informe del Comité de Asuntos Sociales, de Salud y Familia (ponente: Mrs. Gatterer) y el Doc. 8454, opinión del Comité de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos (ponente: Mr. McNamara).

8.1. Aborto

DWORKIN, R. (1994) El dominio de la vida. Editorial Ariel. Barcelona.
El autor, profesor en las universidades de Nueva York y Oxford, construye en el presente libro un elegante, original e inteligente argumento acerca de cómo deberían interpretarse y discutirse las cuestiones del aborto y la eutanasia, que tienen una evidente relevancia en las sociedades contemporáneas.
El autor argumenta que las respuestas a estos problemas depende de elecciones entre diferentes concepciones -de carácter religioso, en especial sentido que propone- sobre la mejor manera de satisfacer un valor generalmente compartido: el valor intrínseco de la vida humana.
Se divide en ocho capítulos: 1. Los extremos de la vida (9-43); 2. La moralidad del aborto (44-92); 3. ¿Qué es lo sagrado? (93-135); 4. el aborto ante la Corte Suprema: primera parte (136-156); 5. El drama constitucional (157-193); 6. El aborto ante la Corte Suprema: segunda parte (194-232); 7. Morir y vivir (233-284); 8. La vida después de la razón (285-315).

8.2. Suicidio

DAVISON, S. (1992) Suicidio. Capítulo 14 de: Agonía, muerte y duelo. Ed. El Manual Moderno. México.
Partiendo de un suicidio se profundiza en las actitudes de este complejo enigma de la condición humana, de las definiciones y de los mitos y realidades del mismo (págs. 245- 246) para continuar con un recorrido por las aproximaciones teóricas e históricas del mismo y la epidemiología del suicidio en Canadá entre los años 1961-1981. Se abordan los factores de riesgo en el suicidio infantil y en los factores de la dinámica familiar. Concluyendo con el manejo, la prevención, la intervención y las conclusiones
Incluye 34 referencias bibliográficas.

DURKHEIM, E. (1982) El suicidio. Editorial Akal. Madrid.
Emile Durkheim, gran maestro de la ciencia social, aborda con excesivo énfasis el presente libro, obra clásica dentro del campo de la Sociología, en la realidad de la sociedad como algo separado de la realidad de los individuos.
Divide el autor la presente obra en tres libros que engloban a su vez a distintos capítulos:
LIBRO I: LOS FACTORES EXTRASENSORIALES (págs. 19-130): 1. El suicidio y los estados psicopáticos; 2. El suicidio y los estados psicológicos normales. La raza. La herencia; 3. El suicidio y los factores cósmicos; 4. La imitación.
LIBRO II: CAUSAS SOCIALES Y TIPOS SOCIALES (págs. 131-322):1. Método para determinarlos; 2. El suicidio egoísta; 3. El suicidio egoísta; 4. El suicidio altruista; 5. El suicidio anónimo; 6. Formas individuales de los diferentes tipos de suicidios.
LIBRO III: EL SUICIDIO COMO FENÓMENO SOCIAL EN GENERAL (págs. 323-434): 1. El elemento social del suicidio, 2. Relaciones del suicidio con los otros fenómenos sociales; 3. Consecuencias prácticas.

EDDY, J. M.; ALLES, W. F. (1983) Death education. The C. V. Mosby Company. St. Louis.
En el capítulo 6. Suicidio (147-183).

FULTON, R.; MARKUSEN, E.; OWEN, G.; SCHEIBER, J. L. (1981) La muerte y el morir. Desafío y cambio. Editado por Fondo Educativo Interamericano. Puerto Rico.
CUARTA PARTE: Dilemas de la muerte.
13. Suicidio (319-344): mitos que rodean el suicidio (Pokorny, A. D.), ambivalencia y subintenciones (Scneidman, E. S.), aconsejando a los sobrevivientes del suicida (Schuyler, D.), la muerte de un hombre (Wertnbaker, L.).

GUILLON, C.; BONNIEC, Y. (1991) Suicidio, manual de uso. Historia, técnica, actualidad. Ediciones de la tempestad. Barcelona.
Los autores plantean este manual sobre el suicidio, porque parten de la premisa que la automuerte es un derecho, y un derecho no es nada sin los medios para ejercerlo. El presente libro está prohibido en Francia, puesto que que el código penal francés en uno de sus artículos reprime la colaboración en el suicidio.
Se divide en los siguientes diez capítulos: 1. Una plaga social; 2. Parloteo oficial y disuación privada; 3. La masacre de estado, 4. El derecho del suicidio; 5 la represión del suicidio secundado; 6. La medicina tiene un buen estómago; 7. Una reivindicación revolucionaria; 8. Los militares de la muerte dulce; 9. El suicidio instituido; 10. Elementos para una guía del suicidio.

KAPLEAU, P. (1990) El renacer budista. La rueda de la vida y la muerte. Arbol Editorial. México.
En el capítulo 2. El morir: suicidio y eutanasia (págs. 173-188): Suicidio: definición, suicidio y ego, suicidio y dolor, ¿es el suicidio realmente un escape?, almacenamiento de medicamentos mortales, suicidio y religión; eutanasia: la eutanasia y la ley, eutanasia y religión, el hospicio y la eutanasia, las lecciones importantes de la vida.

VICO, J. (1995) Dolor y muerte humana digna. Bioética teológica. San Pablo. Madrid.
Distinción entre suicidio y muerte voluntaria, ya que si todo suicidio es una muerte voluntaria, no toda muerte voluntaria es un suicidio (págs. 187-218).

VV.AA. (1987) ASOCIACION MEDICA MUNDIAL (WMA) Declaración sobre la eutanasia. (Adoptada en su 39ª Asamblea. Madrid, España, octubre de 1987).

La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, incluso a petición de éste o de sus familiares próximos, es contraria a la ética. Esto no impide al médico respetar el deseo del paciente de permitir que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad.

VV.AA. (1992) Pronunciamiento sobre el suicidio asistido por un médico. (Adoptado en su 44ª Asamblea. Marbella, España, septiembre de 1992).

Recientemente han saltado a la opinión pública algunos casos de suicidio asistido por médicos. Uno de esos casos supone el uso de una máquina, inventada por el médico que enseña cómo usarla a la persona que lo desee. El individuo es, así, ayudado a suicidarse. En otros supuestos, el médico ha facilitado al paciente un fármaco, explicándole qué dosis resulta letal. Al individuo se le facilitan, así, los medios para suicidarse. Sin duda, las personas implicadas en estos casos estaban gravemente enfermas, quizá incluso en fase terminal, y asoladas por el dolor. Además, tales pacientes eran en apariencia competentes y tomaron la decisión libremente. Con frecuencia, los pacientes que se consideran la opción del suicidio están expresando así la depresión que acompaña a la enfermedad terminal. El suicidio asistido por un médico es, de igual manera que la eutanasia, contrario a la ética y debe ser condenado por la profesión médica. Siempre que el auxilio del médico trata deliberadamente de dar los medios para que el paciente ponga fin a su propia vida, ese médico actúa de modo contrario a la ética. Con todo, el derecho a rehusar el tratamiento médico es un derecho básico del paciente y el médico no quebranta la ética incluso si el respeto a tal deseo conduce al paciente a la muerte.

VV.AA. (1996) ASOCIACION MEDICA AMERICANA (AMA) Suicidio asistido por un médico. Council of Ethical and Judicial Affairs. Junio de 1996).

El suicidio asistido por un médico tiene lugar cuando un médico facilita la muerte del paciente dándole los medios y/o la información necesaria para que éste acabe con su vida (por ejemplo, el médico prescribe píldoras para dormir e informa sobre la dosis letal, consciente de que el paciente puede suicidarse.
Es comprensible, aunque trágico, que algunos pacientes en condiciones extremas -como los que sufren una enfermedad terminal y dolorosa puedan llegar a decidir que la muerte es preferible a la vida. Sin embargo, permitir a los médicos participar en el suicidio asistido causaría más daño que bienes. El suicidio médicamente asistido es fundamentalmente incompatible con el papel asistencial del médico, sería difícil o imposible de controlar y acarrearía graves riesgos para la sociedad. En lugar de participar en el suicidio asistido, los médicos deben responder activamente a las necesidades de los pacientes en el final de la vida. Los pacientes no deben quedar abandonados cuando la curación es imposible. Se deben acometer entonces intervenciones multidisciplinares que incluyan consultas especiales, cuidados paliativos, apoyo pastoral, asistencia a las familias y otras modalidades. Los pacientes que afrontan el final de la vida deben recibir apoyo emocional, un control adecuado del dolor, respeto a su autonomía y buena comunicación.

8.3. Muerte voluntaria – Muerte digna.

BARBERO, J.L. (1984) El conflicto entre vida y libertad. Fundación Santa María. Madrid.
El presente ensayo aborda el conflicto vida-muerte desde una perspectiva no sólo de la gran historia y de los conflictos que pueden afectar a la pequeña biografía personal de cada uno de nosotros sino principalmente desde el conflicto mismo de valores. Se hace un análisis fragmentario de cada uno de ellos. Se abordan puntualmente reflexiones en las que se puede presentar conflictos entre vida y libertad en el horizonte de la muerte. (6. el proceso social de morir).

ROCAMORA,A; DELGADO,R. (1984) La esperanza en situaciones terminales. Fundación Santa María. Madrid.
Este ensayo aúna la experiencia del teléfono de la esperanza en favor de la vida con el único instrumento de la palabra y las investigaciones en el teléfono de la esperanza sobre la conducta suicida. En una segunda parte se profundiza en la vida del enfermo en su fase terminal y lo que aporta la pastoral sanitaria a la vida del enfermo en su fase terminal. Ambos apartados incluyen bibliografía.

VICO, J. (1995) Dolor y muerte humana digna. Bioética teológica. San Pablo. Madrid.
El autor reabre un debate desde la ética teológica, mediante una reflexión abierta a la dimensión social del problema, con posturas de dentro y fuera de la comunidad eclesial. En el presente trabajo se abordan los temas dolor y muerte humana digna. La primera parte consta de tres capítulos: 1. Experiencia y sentido del dolor, abordado desde una perspectiva antropológica y teológica, 2. Se trata de sentar las bases teológicas de la asistencia sanitaria, dando preferencia a una vertiente de teología pastoral y espiritual. El lenguaje de estos dos capítulos es ligero y poco académico, 3. La huida del dolor a través de la farmacodependencia: drogas y abuso de medicamentos. Este capítulo es más extenso y con un lenguaje más técnico y en el se aporta el tema desde su dimensión ética. (págs. 15 a la 147.)
Esta segunda parte está dividida en cinco capítulos: 1. El ocultamiento de la muerte en la sociedad moderna, es más de tipo introductorio (pág. 151-163). 2. Los trasplantes de órganos, entre la vida y la muerte, cuya importancia reside en la clarificación del momento de la muerte (pág. 164-186), 3. Distinción entre suicidio y muerte voluntaria, ya que si todo suicidio es una muerte voluntaria, no toda muerte voluntaria es un suicidio (págs. 187-218); 4 y 5. Abordan estas dos formas de muerte voluntaria que se dan cuando o bien se omiten los medios que prolongarían la vida del paciente terminal para proteger su derecho a una muerte digna; o bien se actúa de forma tal que sobrevenga la muerte para que esta ocurra previsiblemente en condiciones humanas. El derecho a morir humanamente y la ortotanasia y la eutanasia activa ¿es siempre una muerte indigna? ( págs. 219-309). Buen enfoque al plantear referencias a autores que expresan con sus propias palabras, desde posiciones de dentro y fuera de la comunidad eclesial, sus planteamientos. Buenas y claras referencias bibliográficas a pie de página.

VIELVA ASEJO, J. (1990) Pacientes terminales y enfermería, ¿obligación o privilegio?. Revista Nueva Enfermería. Julio-agosto, nº 86, págs. 26-31
Análisis por parte del autor de las dificultades fundamentales que se contraponen a una muerte con calidad humana: la desgracia de morir en soledad y la desgracia de no tener el espacio de soledad necesario para morir, ambos extremos estraordinariamente cerca uno del otro, y la enfermería una de las profesiones que más puede hacer por evitar, con el fin de conseguir una asistencia digna a los enfermos en fase terminal.
Análisis y descripción del paciente terminal, diversos factores, ayudar al individuo y unas consideraciones finales.

VV.AA. (1985) El agente de salud ante la muerte ajena. Algunas consideraciones deontológicas. Hermanos de S. Juan de Dios. Provincia Bética.
Se centra la reflexión en dos cuestiones éticas que son: el derecho a morir con dignidad y el derecho a conocer el diagnóstico del propio padecimiento mortal en las páginas 20-24.

V.V.AA. (1975) Derechos del moribundo. Traducido de: The Dying person’s Bill of Rights. American Journal of Nursing. LXXV.
Tengo derecho a ser tratado como una persona humana hasta el momento de mi muerte.
Tengo derecho a conservar un sentimiento de esperanza, cualquiera que sea el cambio que me pueda sobrevenir.
Tengo derecho a ser cuidado por quienes sean capaces de mantener ese sentimiento de confianza ante cualquier cambio que me pueda acaecer.
Tengo derecho a expresar a mi manera mis sentimientos y emociones ante mi propia muerte.
Tengo derecho a participar en las decisiones que afecten a mis cuidados.
Tengo derecho a esperar una atención médica y una asistencia continuas, incluso an el caso de que haya que cambiar el objetivo de curarse por el de aliviarme.
Tengo derecho a no morir solo.
Tengo derecho a ser aliviado de mis dolores.
Tengo derecho a que se responda honestamente a mis preguntas.
Tengo derecho a no ser engañado.
Para aceptar el hecho de mi muerte, tengo derecho a recibir la ayuda de mi familia y a que ella, para poder ayudarme, también la reciba.
Tengo derecho a morir en paz y con dignidad.
Tengo derecho a conservar mi individualidad y a no ser juzgado por el hecho de que mis decisiones sean contrarias a las creencias de otros.
Tengo derecho a comentar y ahondar en mi experiencia religiosa y espiritual, sea cual sea su significado para los demás.
Tengo derecho a esperar que sea respetada la dignidad de mi cuerpo después de mi muerte.
Tengo derecho a ser cuidado por personas sensibles, vocacionadas y competentes, que intenten comprender mis necesidades y encuentren una satisfacción personal al prestarme su ayuda en mi muerte.

VV. AA. (1993) Derechos de la persona en situación terminal. Hermanos de San Juan de Dios. Barcelona.
Como miembros de la Comisión de Ética, que elaboró “Los Derechos de la persona en situación terminal”, los Hermanos de San Juan de Dios, nos acercan en la presente publicación (15 páginas) el resultado de dicho trabajo con el permiso de la Sociedad Catalano-Balear de Cuidados Paliativos.
Con ellos compartimos que es posible morir con dignidad, siendo así cuando el ser humano vive semejante proceso y en el se respetan escrupulosamente los derechos que como a tal ser humano le pertenecen.
De manera breve se aborda cada uno de los derechos, dando una explicación clara y coherente del mismo.
El enfermo próximo a la muerte tiene derecho a:
Ser tratado como persona humana hasta el fin de su vida.
Recibir una atención personalizada.
Participar en las decisiones que afecten a los cuidados que se le han de aplicar.
Que le apliquen los medios necesarios para combatir el dolor.
Recibir respuesta adecuada y honesta a sus preguntas, dándole toda la información que el pueda asumir e integrar.
Mantener su jerarquía de valores y no ser discriminado por el hecho de que sus decisiones puedan ser distintas a las de quienes le atienden.
Mantener y expresar su fe.
Ser tratado por profesionales competentes, capacitados para la comunicación y que puedan ayudarle a enfrentarse con su muerte.
Recibir el consuelo de la familia y amigos que desee que le acompañen, a lo largo del proceso de su enfermedad y en el momento de la muerte.
Morir en paz y con dignidad.
Después de la muerte el cadáver ha de ser tratado con respeto.
La familia ha de ser informada correctamente de las circunstancias del fallecimiento y recibir ayuda administrativa, psicológica y espiritual, para poder hacer frente con serenidad a la etapa inmediata después de la muerte.

8.4. Eutanasia

BARBERO, J. L. (1984) El conflicto entre vida y libertad. Fundación Santa María. Madrid.
El presente ensayo profundiza en el conflicto vida-muerte desde una perspectiva no sólo de la gran historia y de los conflictos que pueden afectar a la pequeña biografía personal de cada uno de nosotros sino principalmente desde el conflicto mismo de valores. Se hace un análisis fragmentario de cada uno de ellos. Se abordan puntualmente reflexiones en las que se puede presentar conflictos entre vida y libertad en el horizonte de la muerte. Se refiere al suicidio brevemente para pasar a la eutanasia como: 1. problema de no ética médica, 2. rendirse ante la muerte sucedida, 3. el dolor de la agonía, 4. la eutanasia voluntaria, 5. el caso límite, 6. el proceso social de morir, 7. asistir al que muere, 8. nadie tiene más amor que el que da la vida. 15 referencias bibliográficas sobre eutanasia, suicidio y libertad a la hora de elegir la muerte (1984).

DIEZ SANZ, M. J.; ET AL (1988) Reflexiones sobre la vida y la muerte en la UCI. Revista. Todo Hospital. Enero-Febrero: págs. 33-37.
Los autores, profesionales de la salud del Hospital General Vall d’Hebrón, entienden la UCI como una unidad donde ingresan enfermos muy graves, en una situación crítica. Pero estos pacientes plantean una pregunta que preocupa al personal de enfermería: ¿Estaremos actuando correctamente al aplicar unos medios extraordinarios, para mantener activas las funciones vitales de un ser humano que físicamente está sufriendo y que no puede expresar en estos momentos su opinión?.
Por ello los autores intentan hacer unas consideraciones valorativas y polemizadoras en torno a la eutanasia, las vivencias de la enfermera de UCI.

WORKIN, R. (1994) El dominio de la vida. Editorial Ariel. Barcelona.
El autor, profesor en las universidades de Nueva York y Oxford, construye en el presente libro un elegante, original e inteligente argumento acerca de cómo deberían interpretarse y discutirse las cuestiones del aborto y la eutanasia, que tienen una evidente relevancia en las sociedades contemporáneas.
El autor argumenta que las respuestas a estos problemas depende de elecciones entre diferentes concepciones -de carácter religioso, en especial sentido que propone- sobre la mejor manera de satisfacer un valor generalmente compartido: el valor intrínseco de la vida humana.
Se divide en ocho capítulos: 1. Los extremos de la vida (9-43); 2. La moralidad del aborto (44-92); 3. ¿Qué es lo sagrado? (93-135); 4. el aborto ante la Corte Suprema: primera parte (136-156); 5. El drama constitucional (157-193); 6. El aborto ante la Corte Suprema: segunda parte (194-232); 7. Morir y vivir (233-284); 8. La vida después de la razón (285-315).

EDDY, J. M.; ALLES, W. F. (1983) Death education. The C. V. Mosby Company. St. Louis.
En el capítulo 5. Eutanasia (117-146)

FULTON, R.; MARKUSEN, E.; OWEN, G.; SCHEIBER, J. L. (1981) La muerte y el morir. Desafío y cambio. Editado por Fondo Educativo Interamericano. Puerto Rico.
CUARTA PARTE: Dilemas de la muerte.
12. Moralidad y mortalidad en la sociedad moderna (284-318): los problemas de la eutanasia (Rudikoff).

GAFO, J. (1990) La eutanasia y el arte de morir. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid.
Javier es licenciado en Filosofía y en Ciencias Biológicas, además de doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma, Jesuita y profesor de Teología Moral, es director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas.
En el presente trabajo frente a un grupo de colaboradores abordan los siguientes aspectos relacionados con la eutanasia: Historia de la eutanasia; sobre la antropología de la muerte; problemática del dolor en el enfermo canceroso, función y trascendencia del especialista del dolor en los centros clínicos de enfermos terminales; tratamiento de los recién nacidos con deficiencias; la decisión de tratar: un problema ético; aspectos legales de la eutanasia; el derecho a una muerte digna; la eutanasia y la iglesia católica; ¿eutanasia o buena muerte? Cuestiones éticas más allá y más acá de la muerte.

GAFO, J. (1990) La eutanasia. El derecho a una muerte humana. Ediciones Temas de Hoy. Madrid.
Javier es licenciado en Filosofía y en Ciencias Biológicas, además de doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma, Jesuita y profesor de Teología Moral, es director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas.
Divide el presente trabajo en las siguientes nueve partes: 1. Seis historias de eutanasia; 2. Los diferentes tipos de eutanasia; 3. Ayudando a morir; 4. Alternativas ante la eutanasia; 5. La muerte en nuestra cultura; 6. La eutanasia en la historia; 7. La eutanasia y el comienzo de la vida; 8. Los movimientos a favor de la eutanasia; 9. La iglesia católica y la eutanasia; 10. La eutanasia ante la ley; 11. Discusión ética sobre la eutanasia.; conclusión; bibliografía con 21 referencias de interés.

GONZALEZ, F. (1988) Lección de bioética: La eutanasia. Secretariado de Publicaciones. Universidad de La Laguna.
Aborda el Dr. Fernando González Hermoso los siguientes aspectos: La enseñanza de la bioética en las facultades de medicina; como enseñar la bioética; introducción histórica; términos y clasificación de la eutanasia, ortotanasia, distanasia, adistanasia, eutanasia, un ejemplo que puede aclara lo dicho en relación a la etapa 4ª, como llegar a una elección ética; la muerte digna; ética y derecho; ética y moral; conclusiones; sociedades pro eutanasia; bibliografía con 50 citas.

KAPLEAU, P. (1990) El renacer budista. La rueda de la vida y la muerte. Árbol Editorial. México.
En el capítulo 2. El morir: suicidio y eutanasia (págs. 173-188): Suicidio: definición, suicidio y ego, suicidio y dolor, ¿es el suicidio realmente un escape?, almacenamiento de medicamentos mortales, suicidio y religión; eutanasia: la eutanasia y la ley, eutanasia y religión, el hospicio y la eutanasia, las lecciones importantes de la vida.

RODRIGUEZ ESTRADA, M. (1996) ¿Eutanasia o autanasia?. Por una muerte digna. Ed. Manual Moderno. México-
El autor nos presenta un nuevo enfoque para saber qué hacer ante una situación dolorosa pero inevitable, que sin duda habrá tenido que enfrentar más de una persona; es decir, decidir entre morir con dignidad y sin sufrimiento, cuando se padezca algún mal incurable, o prolongar la agonía mediante toda la atención médica disponible, aún sabiendo que no hay esperanza.
El presente trabajo nos ofrece una perspectiva diferente para enfrentar este trance, analizando además de diversos aspectos culturales, sociales, médicos, legales, religiosos, entre otros, que influyen directamente en esta situación, pero sin dejar de lado que tal vez sólo usted tenga en sus manos el tomar una decisión tan trascendente.
Se halla dividido el libro en once capítulos: 1. El espectro: la última enfermedad, la decrepitud (1-14); 2. La posible solución: yo controlo y yo decido (15-24); 3. La gran objeción: ¡Non licet! (25-34); 4. Perspectivas más sombrías Hoy. Los agravantes (35-40); 5. El fondo filosófico de la polémica (41-46); 6. Diálogo con las objeciones (45-66); 7. Una tarea de reeducación (67-72); 8. Aspectos técnicos de la autanasia (73-78); 9. El toque legal (79-84); 10. Libertad y dignidad hasta el fin (85-90); 11. ¿Una guerra de intereses? (91-106).

SPORKEN, P. (1978) Ayudando a morir. Aspectos médicos, asistenciales, Pastorales y éticos. Editorial Sal Terrae. Santander.
La séptima parte: La eutanasia en el contexto de la ayuda al vivir y al morir. Con sus seis grupos: 1. introducción; 2. el concepto de eutanasia; 3. problemas relacionados con la cuestión de la eutanasia; 4. la supresión de vida humana; 5. juicio ético sobre la eutanasia; 6. Respuesta a la cuestión de la eutanasia: proporcionar la asistencia al morir.

VICO, J. (1995) Dolor y muerte humana digna. Bioética teológica. San Pablo. Madrid.

VV.AA. (1993) La eutanasia. 100 cuestiones y respuestas sobre la defensa de la vida humana y la actitud de los católicos. Conferencia Episcopal Española para la defensa de la vida. Ediciones Paulinas.
Este libro forma parte de una serie de trabajos, relacionados con el valor y la dignidad de la vida humana, caracterizados por la doble vocación de rigor científico y técnico, por una parte, y de la accesibilidad y la sencillez, por otra.
Los autores, obispos del Comité Episcopal y especialistas de investigación y estudio, ofrecen una visión básica.

8.5. Muertes masivas

FULTON, R.; MARKUSEN, E.; OWEN, G.; SCHEIBER, J. L. (1981) La muerte y el morir. Desafío y cambio. Editado por Fondo Educativo Interamericano. Puerto Rico.
CUARTA PARTE: Dilemas de la muerte.
14. La muerte, la guerra y la condición humana (345-373): la muerte en la guerra (Toynbee, A.), la megamuerte: hijos de la familia nuclear (Schneidman, E. S.), testigos de la supervivencia (Jay Lifton, R.), las consecuencias de la guerra nuclear (Feld, B. T.).
15. La muerte como sistema: Revisión y perspectivas (374-392): Cosechando a los muertos (Gaylin, W.), la muerte en la era nuclear (Morgenthau H.), la experiencia de la muerte (Lepp, I.).

MARCUS, P; ROSENBERG, A. (1992) Los sobrevivientes de una muerte masiva provocada por el hombre y algunas implicaciones del tratamiento.
Capítulo 9 de: Agonía, muerte y duelo. Ed. El Manual Moderno. México. (págs. 137-161).
Se divide el presente capítulo en: introducción, terror a la muerte; la naturaleza de la muerte masiva provocada por el hombre; vidas significativas; estructuras simbólicas; inmortalidad biológica; destrucción; el impacto que tiene la muerte en masa provocada por el hombre en el sobreviviente; el tratamiento de los sobrevivientes del holocausto; sentido de significado; como atender al sobreviviente; comentarios finales; referencias y notas.

8.7. Testamento

KAPLEAU, P. (1990) El renacer budista. La rueda de la vida y la muerte. Arbol Editorial. México.
En los Suplementos: testamentos en vida (págs. 373-378): El derecho a rechazar el tratamiento médico, testamentos en vida: testamentos en vida , el aspecto negativo; testamentos en vida: el aspecto positivo; como hacer un testamento en vida; muestra (pág. 377-378).