Las autoridades encargadas de preservar el lugar para el descanso final del rabino Yenothan Ben Uzie, en la región de Amuka al norte de Israel, han retirado unos 400 pares de bragas y sujetadores del enrejado de la tumba de las viudas y de las ramas de los árboles próximos, según el Mariy daily.
Siguiendo una tradición judía, todo aquel que no esté casado y visite la tumba encontrará su media naranja y se casará en el plazo de un año. No obstante, el rabino Israel Deri, encargado de la conservación de los lugares sagrados en el norte, afirmó al periódico que las oraciones de las mujeres quedarán sin respuesta.
“Después de consultarlo con los grandes rabinos, puedo afirmar con toda seguridad que estas mujeres no sólo son culpables de profanar la tumba, sino que además nunca conseguirán la bendición”