KEMAL EL PERFECTO. (Enviado por: Deva, 6 de marzo de 2005)
Un guerrero muy joven está entrenándose con su catana entre un pelotón de querreros en el patio de la fortaleza del señor feudal. Mientras lo hace descubre que los ejercicios de concentración para dominar el arte del ataque y defensa suponen un control total de su cuerpo y que está aprendiendo a tomar conciencia de sus movimentos musculares para así poder manejar la larga espada con fluidez y maestría.
El maestro de armas transmite a los guerreos motivaciones verbales para concienciarles de que su enemigo se halla frente a ellos y su objetivo es no dejarse sorprender y así anticiparse para conseguir acabar con la vida de su oponente. Mientras el pelotón centra toda su atención y agresividad frente al supuesto enemigo Kemal descubre que su cuerpo obedece a su voluntad consiguiendo un completo dominio del mismo. Su objetivo no es atacar a un posible contrincante sino hacer que su voluntad sea la dueña de sus respuestas nerviosas y que su mente sea la gobernante de su cuerpo físico. Este descubrimiento le produce una sensación de libertad indescriptible por lo que decide abandonar su carrera de guerrero para retirarse a un monasterio en la cima de una montaña en dónde continúa ejercitándose con su catana en movimientos cada vez más controlados y perfectos.
En un momento de su jornada va a sentarse en una amplia estancia con cojines rojos por el suelo de madera en la posición del loto y con sus manos unidad por las palmas con los dedos juntos hacia arriba. Frente a él hay un estrado de un escalón bajo también tapizado de rojo arrimado a una pared sobre la que destaca un diseño geométrico en rojo y plata. Jemal se concentra en el mantram de la pared durante unos instantes y mientras medita comienza a elevarse del suelo sentado aún en la posición el loto y con sus palmas unidas arrimadas al pecho.
Más tarde se pasea, meditando, por el espacio que rodea el monasterio. Hay un frondoso arbol al borde del llano donde se encuentra el edificio, allí el terreno comienza a descender abruptamete y un arroyo cercano se desliza por la pendiente. Kemal sigue meditando y se funde con el rumor del viento entre las hojas del arbol, él es el viento jugando con las hojas y se siente moviéndose en él, él es las hojas agitadas por el viento, él es ese pájaro que acaba de surcar el cielo emitiendo su graznido, se oye el rumor del arroyo y él es el arroyo, se funde con cada gota de agua que pasa veloz sobre las piedras, el verde musgo y las hierbas del lecho, él es es agua del arroyo.
Mientras se entregaba a esta experiencia un día supo que iba a morir, que le iban a matar. No siente nada especial, está muy sereno porque sabe que la muerte es una ficción y que él seguirá existiendo. Sus asesinos aparecen un día trepando silenciosamente por la pendiente y uno de ellos dispara su ballestaclavándole en un costado la saeta mientras Kemal está de espaldas. El sabía que estaban allí y cuales eran sus intenciones pero siguió caminando pausadamente esperando a que llegasen, esperando la muerte.
Los monjes recogen su cuerpo colocándolo acostado boca arriba y con su espada sobre él yaciendosobre un estrado de tablas y troncos situado pajo el frondoso arbol al borde del llano. Mientras esto sucede Kemal lo contempla todo fundido con el aire y observa mientras su cuerpo va descomponiéndose y sirviendo de alimento a gusanos, aves, insectos y microorganismos que luego se mezclan con la tierra que es el alimento de plantas, animales y hombres y todos ellos llevan la semilla de Kemal y siembran su materia trasmutada por su voluntad de dominio sobre ella confiríendole un estado vibratorio superior. Y Kemal sabe que ha cumplido bien su cometido de Jardinero del Edén abonándolo con su propio cuerpo trasmutado por el espíritu. Kemal sabe que ha entroncado con la misión encomendada al primer hombre consciente, con la misión de Adán, nacido para ser el protector y mantenedor de lo creado, para ser El Jardinero del Edén.