El grabador mexicano Pedro Ascencio presenta “Semblanza a la muerte”, grabado xilográfico de casi nueve metros de largo y dos y medio de alto, en la que Ascencio recurre a la cosmovisión azteca para preguntarse sobre la muerte: un tzompantli de cráneos desordenados marca, para el autor, el cambio de los tiempos, anunciado también por una serpiente emplumada que al vuelo carga en su interior 11 cráneos, la Muerte Niña. “La muerte es genitora, da a luz. Da y quita”, reflexiona, quien significa la pureza de la muerte a través del descanso de una osamenta completa, a la que no le ha sido removido ningún hueso, como acostumbraban los antiguos mexicanos para señalar alguna falta en la vida del difunto. 22 de octubre de 2004, Reforma