El puente sobre el río es un relato excepcional, por lo sublime del contenido y por la forma en que llegó hasta nosotros. Botho Sigwart, conde de Eulenburg y compositor, nacido en 1884 y muerto en 1915 en el campo de batalla de la primera guerra mundial, logró transmitir durante años sus vivencias más allá del umbral de la muerte a sus hermanas y a su cuñada, quienes recogieron sus comunicados en forma epistolar.
Al cabo de meses de recibir mensajes y dado que, a pesar de todas las aseveraciones de Sigwart, a la familia aún le quedaban dudas, se envió a Marie, cuñada del difunto, con los comunicados, para que el Dr. Rudolf Steiner diera su dictamen sobre ellos. Marie describe su experiencia: «Durante casi dos horas, el Dr. Steiner repasó conmigo hoja por hoja las comunicaciones, puso unas cuantas cosas incomprensibles en su lugar correcto, explicó lo que Sigwart quiso decir con esto y lo otro, y me hizo preguntas. Al leer, a menudo asintió con la cabeza, expresando su conformidad: “muy bien descrito”, “bien puntualizado”, “expresión acertada”, “¡cierto, los recitales musicales sí que son realidades!”. En vano esperé el rechazo de algún comunicado, ¡no se produjo ninguno! Al final dijo al despedirse: “Pues sí, estas son comunicaciones desde los mundos espirituales extraordinariamente claras y absolutamente auténticas. No veo motivo alguno para no seguir haciéndoles caso…”.»
Los mensajes de Sigwart construyen un verdadero puente de luz entre dos mundos: contienen oraciones, meditaciones, reflexiones y consejos para el progreso espiritual y nos muestran una elevada visión del mundo, nacida del amor, que consolará, iluminará y hablará a los corazones de las personas que han perdido un ser querido, independientemente de su creencia.