REFLEXIONES. Alfonso García.
Por una Ley que facilite la dignidad al final de la vida.
Vaya nuestra invitación, desde estas páginas al Gobierno Autónomo de la Comunidad Autónoma Canaria y los restantes Gobiernos de Comunidades Autónomas españoles a trabajar en la línea de establecer en sus comunidades avances en el entendimiento y desarrollo de la muerte digna, en semejanza al desarrollado por las Comunidades Autónomas de Andalucía (2010) Aragón (2011) y Navarra (2011).
La reciente Ley promulgada desde el ministerio de Sanidad del estado Español (13/05/2011) garantiza derechos para las personas en la fase final de sus vidas en las que quieres seguir siendo protagonistas y por tanto reclaman derecho a la información asistencial, derecho a la toma de decisiones, al tratamiento del dolor al acompañamiento y a la intimidad. Ello supone que desde los marcos de responsabilidad en el establecimiento de la norma, se arbitre que toda persona mayor de edad y con plena capacidad de obrar tiene derecho a manifestar su voluntad sobre los cuidados al final de la vida y el tratamiento asistencial que desea recibir al final de sus días.
Personalmente compartimos la filosofía y prioridades dadas a una muerte tranquila, expresada en la Teoría del final tranquilo por Patricia A. Higgins por lo cercano a los planteamientos de un entendimiento más humano del individuo y la familia, y por la sencilla estructura-contexto de la misma, que promulga que ha de primarse el sistema familiar (moribundo, padres y sus allegados) y que en términos generales busca el objetivo de Optimizar la comodidad, la dignidad, las elecciones, la aceptación y la clausura con el acercamiento del final de la vida, al que sumamos los aspectos:
1. Ausencia de dolor
2. Sentir bienestar
3. Sentir dignidad y respeto
4. Sentirse en paz
5. Sentir la proximidad de allegados y cuidadores.