ENERO 2006
Carta a la esposa que se queda.
Anónimo
Cuando yo tenga que dejarte por un corto tiempo, no detengas tu pena dentro de ti por muchos años, al contrario, empieza con valentía y con una sonrisa, y por mi memoria y en mi nombre vive tu vida y haz todas las cosas igual que antes; no alimentes tu soledad con días vacíos, sino que llena cada hora que estés despierta con actos útiles.
Da tu mano para ayudar, consolar y animar, y yo, en cambio, te ayudaré a ti y te tendré muy cerca.
Y nunca, nunca, tengas miedo de morir, pues yo estoy esperando en el Cielo.
Preferiría verme libre de la aflicción y el dolor, pero no parece ser esa la opción. El sufrimiento a manudo lo impregna todo, ya sea en mi interior o en los que amo. No estamos solos en esto. Nos tenemos unos a otros y tenemos un Creador que nos ayudará. Dios y seres queridos: óiganme gritar ¡Socorro!
Pat Corrick
La melodía que el ser amado tocó alguna vez en el piano de nuestra vida nunca podrá ser interpretada de la misma manera otra vez, pero no por eso vamos a dejar cerrado el teclado y permitir que el instrumento se llene de polvo. Debemos buscar otros artistas del espíritu; nuevos amigos que gradualmente nos ayuden a encontrar otra vez el camino de la vida y que con nosotros lo transiten.
Rabbi Joshua Liebman
Les aseguro que si un grano de trigo no cae a la tierra y muere, sigue siendo un solo grano; pero si muere, da abundante cosecha. El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.
Palabras de Jesucristo. Evangelio de San Juan 12: 24-25