En una entrevista al diario “Le Figaro”, el ministro francés de Salud, Philippe Douste-Blazy explicó que el Gobierno ha decidido retomar un proyecto presentado en junio por el diputado Jean Leonetti y examinarlo en la Asamblea nacional o cámara baja antes de finales del 2004. Reabriendo el polémico debate sobre la eutanasia y afirmando que el derecho a morir con dignidad será objeto de una ley histórica examinada por los diputados antes de finales de año.
“La ley instaurará el derecho de morir con dignidad. Respetar la vida es aceptar la muerte. Con esta ley los enfermos incurables podrán decidir su muerte”, explicó el ministro.
Douste-Blazy adelantó que esta nueva ley conjugará los deseos del paciente, la participación de los familiares del enfermo y del deber de los médicos. Garantizando que la eutanasia no estará libre de pena y que el Código penal permanecerá invariable y la ley se limitará a fijar las condiciones en que los médicos pueden aliviar el sufrimiento de aquellos enfermos para los cuales ya no hay esperanza.
“No vamos a poner en entredicho la prohibición de matar. El código penal no será modificado pero sí el código de deontología médica y de salud pública sobre el fin de la vida”, explicó. Actualmente, cuando un médico francés decide de desconectar el respirador artificial que mantiene con vida a un paciente o le administra una dosis mortal de morfina, le ampara el Código de Deontología médica que se opone a las terapias de mantenimiento artificial, pero puede ser objeto de acciones judiciales en su contra. Para el responsable francés de Salud, ésta es una “hipocresía inaceptable”.
“En medicina, llega un momento en que la verdad se impone. Hoy en día 150.000 máquinas son desconectadas anualmente por decisión médica sin ningún tipo de garantía legal y hay que aclarar la ley al respecto”, concluyó.
