Padre, en mi anterior carta, te decía que la Mamá estaba ya presta a coger el camino que le condujera a tu encuentro, bueno pues ahí la llevas, te darás cuenta que los años la han deteriorado con saña, aunque su espíritu es como en sus mejores tiempos, tan irónica como siempre, en el largo mes de su agonía le supliqué varias veces, que se resignara a dejarnos, que no luchara tanto por sobrevivir, que ya era más tuya que nuestra, pero ya sabes que su instinto maternal era muy acentuado, no nos quería dejar.
Nosotros te la hemos cuidado como hemos sabido, y no nos queda ningún remordimiento, además te digo para tu satisfacción que por ella se han derramado muchas lágrimas además de las nuestras, esto a ti no te extrañará, porque sabes que ha sido muy querida por donde ha pisado, en la Residencia donde ha permanecido, he visto caer muchas lágrimas por el rostro del personal que la cuidaba.
También supo ganarse el cariño de aquellas gentes, no creo que se haya ido con queja de alguno porque ha estado rodeada de hijos, yernos, nietos y biznietos, era emocionante verla rodeada de todos nosotros como una piña, además estamos orgullosos de haber contribuido, a proporcionarle su última andadura en las mejores condiciones posibles, bueno esto a ti no te viene de nuevo, contigo también lo hicimos.
La familia ha aumentado en varios números, A Miriam, se han unido Álvaro, Eva, Lara, Mario y Raúl. Por fin aquello que tanto te preocupaba, la continuidad de nuestro apellido está resuelto, mi Nene y la Eli, han tenido un niño precioso éste dará continuidad y llevará con orgullo nuestro apellido, por lo tato ya puedes estar tranquilo, por otra parte yo ya estoy jubilado, así es que ya estoy en el camino que me conducirá a vuestro encuentro.
Padre como te dije, te iré informando de todo lo que acontezca en nuestra familia, por el momento nada más, un fuerte abrazo entre los tres.