Te fuiste con una sonrisa, como no podia ser de otra manera. era viernes, y nada nos hacia pensar que seria ese dia.
cuantos proyectos sin poder llevar a cabo, cuantas ilusiones quebradas, cuanto dolor.
Nos lo enseñaste todo, a querer al prójimo, a perdonar, a querer sin esperar nada a cambio; nos has enseñado a ser buenas personas.
Me hiciste entender que existe el alma, pero, querida mamá, tan pronto entendí eso, se me rompió en mil pedazos. que vacíos nos sentimos.
Te sentimos presente, todos los días; te sentimos a nuestro lado, cuidando de todos nosotros, como has hecho toda tu vida, con la mayor entrega que jamás nadie puede imaginar.
Que alegría poder haber compartido contigo mis años, los de mis hermanos, los de mi matrimonio, los de mi hijo… y tantas y tantas cosas.
Que orgulloso estoy de poder decir y pregonar a los cuatro vientos que soy tu hijo.
Te veo sonreir, te oigo reirte, y así será siempre, así te conocerá tu nieto.
No quiero estar triste, porque sé que allá donde estás, nos contemplas con alegría, con la tranquilidad de vernos a todos juntos, apoyándonos, con la serenidad de ver que tu familia está ahí por encima de todo.
Te queremos con locura mamá, y no te olvidaremos jamás.