Después de morir… No murió,
aquí se queda, con nosotros,
cada día en los recuerdos bellos,
en las cosas buenas que construyó.
Aquí se queda, con nosotros,
su valor y su energía, su risa,
sus amorosos modos, sin malicia,
¡todos sus momentos bellos!, la sonrisa.
… Y su alegría, audacia, galanura,
el abrazo, la caricia, su ternura,
y el amor…
Su amor inconmensurable a borbotones,
repartido, sin medida, sin limitaciones.
Después de morir… No murió,
aquí se queda, con nosotros,
en el recuerdo cotidiano,
en su amorosa madre,
en su querida esposa,
en su dulce hija,
en su admirado padre,
¡en sus queridos hermanos!.
Se queda en todos nosotros,
tias, tios, primos, abuelos…¡amigos!
Porque Armando, Armandito…
Después de morir.. ¡no murió!
A la memoria de
Armando Rivera Alvarado
quien el 16 de octubre de 2005
víctima de leucemia agresiva
a sus 24 años de edad
solamente dejó
su habitación en la tierra,
para vivir en el cielo,
¡en el universo!.
Guadalupe Alvarado.
Nos veremos pronto
mi adorado sobrino.