Quisiera compartir mi historia con ustedes.
Mi experiencia comienza hace ya seis meses, cuando a mi hijo de 8 años le diagnosticaron cáncer.
Como siempre he tenido una actitud positiva ante los retos, a mi hijo y a mi se nos presentó una prueba que yo estaba segura que íbamos a ganar.
Ganamos tiempo, mi hijo se recuperó y fueron las mejores Navidades de su vida, incluso conoció en persona a Papá Noel, le hizo mucha ilusión.
Le dio tiempo incluso de comenzar e ir una semana al colegio que le hacía mucha ilusión.
Desgraciadamente hace un mes ingresó por dolores y ya esta segunda etapa fue muy dura.Aún así peleó estoicamente por la vida.
Mi disposición ante esta recaída no se parecía en absoluto a mi actitud positiva, sentía que algo no iba bien.
No dejaba de tener pesadillas y dolores en el pecho, hasta que un día me decidí a darme una terapia de emociones.
Fue entonces cuando liberé todas mis emociones y pude abrazarlo y preguntarle(imaginariamente) en qué podía ayudarle y la respuesta fue que yo fuese feliz, ese instante fué una explosión de amor y me sentí muy bien.
Al día siguiente, el estado de mi hijo empeoró de forma drástica.
En ese momento entendí que yo le había liberado de tener que seguir luchando por nosotros.Todos le dimos permiso para marchar y le ví sonreir y comunicar con todos los que estábamos allí. Fué mágico, algo tan tranquilo que no me
imaginaba la muerte tan bonita con ayuda de un libro precioso de la Dra.kubler Ross que casualmente me habían dejado ese mismo día.
Todas las piezas comenzaron a encajar, mi hijo ya presentía el final desde un principio, luchando por terminar de hacer todo lo importante que le quedaba por hacer, y sólo le hacía falta mi tranquilidad para irse en paz. Mi padre le sirvió de guía para irse y he recibido muchos mensajes de los dos, tanto en sueños como de personas sensibles.
Le siento cerca y sólo me queda acostumbrarme a cambiar el vacío físico por la plenitud espiritual que me ha dejado.
Muchas gracias y espero que este mensaje sirva de aliento a todas las personas que estén pasando por este trance, la verdadera vida no es esta, nos espera otra mejor donde al fin me reúna con mi hijo.